viernes, 18 de enero de 2013

EL EMPLEADO SAGITARIO

-Es, con mucho, lo más confuso que jamás he oído.
Me gustaría que me lo explicaran
-dijo la Tortuga Burlona.
-Ella no puede explicarlo -declaró el Grifo, presuroso-. Pasemos al verso siguiente.

Encontrará usted muchos empleados que, cuando les diga la cantidad de dinero que pueden ganar trabajando un año con la empresa, además de los incentivos financieros que ésta ofrece después de cinco años de servicios, se mostrarán muy interesados. Su empleado Sagitario, no. A él le fascina mucho más lo que va a pagarle usted ahora... hoy. Mañana ya está bastante lejos, pero el año próximo es impensable, y cinco años son la eternidad. Eso es dinero en el aire y lo que a él le interesa es el auténtico efectivo. Lo que suceda mas adelante queda librado a los dioses. Sagitario arrojará los dados y confiará en la suerte: lo más probable es que los dioses le sonrían.Tener a Sagitario en la oficina es una delicia. Es posible que de vez en cuando se le caiga una pila de carpetas o que derrame el café sobre la correspondencia lista para despachar, pero ¿que importancia tienen esas pequeñas torpezas en alguien tan alegre y bien dispuesto? No es quejoso ni llorón; adopta una actitud positiva, tan entusiasta y optimista como era usted mismo cuando entró en la empresa, ¿recuerda? La diferencia esté en que él seguirá siendo así hasta que se jubile; eso es parte de su naturaleza. Es posible que algo de eso se le pegue a usted, y quien sabe si el Arquero no llegará a iluminar un poco ese oscuro rincón donde perdió usted sus ilusiones, de manera que pueda volver a pulirlas y ponerlas otra vez a prueba.

Sagitario jamás hace las cosas a medias. La única decisión que le cuesta tomar es la del matrimonio, pero en todo lo demás es bastante rápido. Es claro que hay algunos arqueros con ascendente Tauro o Capricornio que se mueven con más cautela, pero no es que sean lentos, ni en el terreno mental ni en el emocional. Normalmente, el Sagitario típico le llevará la delantera, y no tendrá sin duda el menor inconveniente en hacérselo notar: la humildad no es uno de sus atributos más conspicuos. Suele recubrir con un tenue velo de modestia el orgullo de su ego, pero atisbando por debajo de él, verá usted una persona que confía en sí misma y está generalmente muy satisfecha de sí. Alguna que otra vez puede sentirse inseguro, en asuntos del corazón, pero ¿a quién no le sucede?

A veces puede parecer indiferente y descuidado, pero no por eso se deje usted llevar del grave error de subestimar la relampagueante intuición de Júpiter y sus no pocas veces brillantes procesos mentales. Habrá veces en que usted no tenga idea de adónde va, ni de dónde ha estado, y otras en que se preguntara si de veras es tímido o si simplemente está ganando tiempo para esos planes que está cocinando en la olla a presión de su mente. En otros momentos no le quedará ningún margen para la duda; será tan directo que le dejará espantado con su franqueza. Poco habrá de pequeño en sus gestos, sus ideas o sus acciones. Los errores que comete son grandes, enormes, y de apuestas enormemente desiguales obtendrá descomunales ganancias.

La curiosidad de Sagitario puede ponerle a uno los nervios de punta. Jamás se quedará satisfecho con recibir instrucciones, querrá saber cual es el porque de sus órdenes y la razón de sus métodos. Si considera que su 1ógica es razonable, no le escatimará su aprobación sincera, pero de lo contrario, es probable que sea usted quien se acobarde ante su evaluación igualmente franca de los fallos que el Arquero encuentre en sus procedimientos. Eso, antes que usted eche mano de todos sus talentos y se enoje. Lo primero puede ser una precaución muy necesaria cuando se trata con Sagitario, pero enojarse es un lamentable desperdicio de adrenalina, porque son muy pocas las personas capaces de enfurecerse con el Arquero. Es de esos seres a quienes uno quisiera azotar y besar al mismo tiempo, pero como eso es imposible (lo primero está excluido si es su secretaria, y lo segundo si se trata de su encargado de ventas), es preferible que no lo piense mas.

La mayoría de los empleados Sagitario no se ruborizan cuando se reconocen sus méritos; les encanta el aplauso. En cambio, es posible que usted se ruborice por ellos, cuando empiezan a jactarse de sus talentos y capacidades. Uno de los pequeños lunares de Sagitario es su alegre disposición a comprometerse para cualquier cosa -y, literalmente, el cielo es el límite- para después no llegar hasta el final porque el blanco estaba un poco mas lejos de lo que ellos habían calculado. Los de tipo mas recatado y discreto también tenderán, dentro de su estilo, a abarcar un poco mas de lo que pueden apretar, pero de todas maneras los de ambas clases pueden salir del brete con la frecuencia suficiente como para que uno se quede fascinado.

Son gente sobre la cual parece flotar, vigilante, la buena suerte de Júpiter. Reforzados ya de nacimiento por certeras corazonadas y percepciones impecables que les llevan a conclusiones 1ógicas, sus aciertos son mas frecuentes que sus errores. Si a eso le sumamos un poco de la suerte típica del signo, ya verá usted por que es tan frecuente que marchen a la cabeza de la columna. Un amigo mío me señaló últimamente algo que a él le parecía una excepción: una actriz Sagitario que desde hace años está buscando una oportunidad. Aunque actualmente parece que pasó la mala racha, esperó tanto tiempo y tuvo que esforzarse tanto para que la reconocieran, que mi amigo pensó que Júpiter la había abandonado. Pero el hecho de que tardara en llegar al estrellato no tenía nada que ver con el tipo de constante buena suerte que confiere Júpiter. Todo el mundo tiene algunos problemas con el momento en que se le dan las cosas. En cambio, ella consigue que el dueño de la casa le haga arreglar un picaporte cuando en otro apartamento tienen el dormitorio inundado; llega al mercado a tiempo para comprar el último melón, y se encuentra un flamante par de medias en la nevera cuando acababa de rompérsele el único que tenia y no le quedaba un centavo hasta el martes próximo. Su primer trabajo realmente bueno que tuvo, lo consiguió porque el productor la confundió con otra actriz, y después de haberla visto actuar, se alegró de haberse equivocado. Ese es el tipo de cosas que le pasan siempre a Sagitario. Antes de que la situación se ponga demasiado negra, el sol aparece por algún lugar insospechado y los baña de luz, como si quisiera recompensar la pureza e ingenuidad del optimismo de Júpiter.

En ocasiones, la suerte de Sagitario funcionará al revés con algún Arquero que usted tome como empleado. Alguna de sus torpezas echará por tierra la mejor operación comercial que su empresa estaba a punto de cerrar, pero el día antes de despedirle, usted se enterará de que al presidente de la otra compañía, a quien el insultó y trató de embaucador, le han procesado por vender acciones sin respaldo de capital. Probablemente, la desatinada torpeza de Sagitario le salvó a usted de un desastre completo. Y su secretaria Júpiter, que se olvidó de despachar esas cartas tan importantes, apenas si habrá tenido tiempo de secarse las lagrimas por lo mal que usted la trató, cuando se descubra que en una de las cartas iba un cheque por un importe mayor del que podía cubrir esa semana su cuenta bancaria.

Hay Sagitarios que se burlan de su buena suerte y a quienes les gusta dar la impresión de que son perdedores natos. Si emplea usted a uno de ellos, no se deje engañar por su astucia. Tal vez sea uno de esos tipos sospechosos con ascendente Escorpio, que piensan que si hablan del asunto su suerte cambiara, pero sus aciertos en la quiniela son tan frecuentes como los de todos los demás Arqueros. La semana pasada entró en una zapatería a comprarse los zapatos más baratos de la tienda, porque estaba sin un centavo; pues resultó que era el millonésimo cliente y se ganó un par de zapatos nuevos por mes durante cinco años. ¿Que no se lo contó, dice? Es por su ascendente Escorpio, pero su signo solar es Júpiter.

La falta de sinceridad no es una de sus debilidades, ni el tacto tampoco. Es posible que tenga usted que intervenir para solucionar algunas trifulcas en la oficina, o ayudar a hacer las paces cuando, con su brutal franqueza, Sagitario se compadezca de la calvicie del contable y le proponga un remedio... después que usted se pasó años enteros convenciéndolo al pobre de que tenia la cabeza llena de pelo para tenerle contento, ya que es Leo. Y su secretaria no se olvidará jamás de la vez que estaba hablando por teléfono con el cliente mas importante de la empresa, y ese Sagitario que tiene usted entre el personal vino corriendo a decirle, a dos centímetros del micrófono, que se habían roto las cañerías y el aseo de señoras estaba inundado. Todo eso puede ser desconcertante, pero ya superarán ustedes esas pequeñas rarezas de carácter.

El empleado Sagitario puede sorprenderle con algún colérico estallido cuyo blanco puede ser cualquiera, el ascensorista o usted. (El Arquero no tiene prejuicios.) Vehemente y justa, su indignación se enciende por lo común cuando alguien se atreve a dudar de la sinceridad de sus intenciones. Sagitario es la encarnación de la integridad, aun cuando para llegar a la verdad pueda tomar por retorcidos atajos. Y lo es realmente: dudar de él o acusarle de dolo puede ser causa de que dispare enardecidamente sus flechas verbales, que perforarán sus puntos mas sensibles con tanta precisión como si el propio Robin Hood le hubiera enseñado a tirar. Y, en realidad, Robin Hood seria un excelente sobrenombre para él, ya que es probable que simpatice profundamente con la actitud de robar a los ricos para ayudar a los pobres. En cuanto a sus enfados, nunca duran el tiempo suficiente para ser realmente hirientes, de la misma manera que es raro que sus flechas dejen cicatrices; apenas una leve huella.

Si no puede encontrar apartamento, deje usted que su Arquero se traslade a una de esas maletas grandes y espaciosas que usted tiene, y cóbrele alquiler. Preferirá, con mucho, vivir en una maleta antes que tener un techo y cuatro paredes, si eso amenaza con privarle, de algún modo, de su libertad. Cuando aparezca con un maletín cubierto de etiquetas de viaje, le está comunicando sutilmente que se le despertó el espíritu andariego: atienda la insinuación y mándele de viaje, que probablemente lo necesita. Volverá cargado de órdenes de compra y con el corazón aligerado. Es buen vendedor, pero tal vez tenga usted que enseñarle a refrenar sus entusiasmos. Los Sagitario pueden precipitarse a responder a un desafío, olvidándose de la más elemental cautela. Pero, por impulsivo que sea, cuando se decide a ponerse a pensar en serio puede derrotar a los pensadores profesionales con sus ideas, que no por resultar un tanto pasmosas dejan de ser completamente 1ógicas. Para él, el dinero es importante, porque tiene que mantenerse en el estilo al cual le gustaría llegar a acostumbrarse. Sagitario no suele ser mezquino, de manera que, si usted lo es, tratará de hallar un medio más acogedor.

Es posible que su Arquero consiga alguna vez hacerle levantar las manos con desesperación, pero de nada le servirá. Cuando él le vea levantar los brazos en el aire, se limitará a arrojarle una pelota, gritándole: "¡Ahí va!". ¿Y que puede hacer usted? Atraparla. El ejercicio le hará bien.


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