viernes, 18 de enero de 2013

EL EMPLEADO ESCORPIO

-Pero cuando tengas que convertirte en crisálida, como te pasará algún día, y tú lo sabes, y de eso después, en mariposa, diría que te sentirás un poco rara, ¿no lo crees?-Ni por asomo -contestó La Oruga.

Sin pensarlo, ¿quién diría usted que es la persona con mayor autodominio en su oficina? ¿Cual es el empleado que parece tener mas confianza en si mismo, sin ser impertinente, los ojos mas firmes, el que ofrece menos excusas y mantiene mejor su equilibrio? Si entre su personal hay alguien que tenga esas cualidades, ¿no le da la impresión de que los cumplidos le son indiferentes? ¿Mantiene el secreto en torno a su vida personal? ¿Tiene bien planificado su futuro? Supuesto que todo esto sea así, una pregunta mas: los demás empleados, ¿no le tienen un poco de miedo? Si es así, no hay duda: su empleado es Escorpio.En su empresa no habrá nadie que, en mayor medida que Escorpión, sea dueño de su destino y capitán de su alma. Sus motivaciones surgen totalmente de sí mismo y su unidad de propósito es absoluta. Ningún otro cuenta con tantos recursos ni está tan seguro de su propio potencial. El Escorpión tiene el poder de realizar o destruir su propia vida, y él lo sabe. Jamás se miente, y es raro que culpe a nadie de sus errores, a no ser a sí mismo. Es un empleado capaz de ascender en la medida que él mismo decida, y mientras va ascendiendo no esperara muchos favores. Es la última persona a quien se podría acusar de tener complejo de inferioridad. (A menos que casualmente sea una de las Lagartijas Grises que vuelven su poder hacia adentro en silenciosa derrota y, aun así, la decisión la tomó él solo; no ha sido juguete del destino.)

No será fácil comprender la razón que pueda explicar sus acciones. Usted habrá oído hablar del carácter despiadado de este signo solar, de su deseo de venganza, de la determinación  Plutoniana a igualar los puntajes, y tal vez esté intrigado por la aparente ausencia de esas características en su relación con usted. Pero realmente no faltan; están momentáneamente guardadas en la nevera, porque para su mentalidad unidireccional y aguda, el fin justifica los medios. Escorpio sabe exactamente lo que hace, aunque tal vez usted no lo sepa.

La actitud de su empleado Escorpio hacia usted estará en relación directa con lo que usted pueda ofrecerle, con lo que él quiere de usted y de la vida. Si una persona cualquiera se opone al Escorpio, le insulta, le trata con grosería, rompe sus promesas o le pisa la cola, que los dioses tengan misericordia de ella: lamentará el día que se atrevió a desafiarle. Sin embargo, si usted constituye la encarnación del poder y de la realización de sus sueños más íntimos, la reacción de Escorpio ante el mismo tratamiento será de desapego. Si usted está en posesión de algo que Escorpio necesita y desea, aceptará de usted casi cualquier cosa con deliberada tranquilidad, y -crease o no- sin venganzas ni picaduras defensivas. El hecho mismo de que sea capaz de controlar su profundo resentimiento y de borrarlo literalmente de su ánimo demuestra su sobrecogedora fuerza interior.

Antes de poner a prueba la teoría, asegúrese de que sabe a que categoría pertenece usted, si a la de la persona promedio que puede incluir los jefes ordinarios, amigos, vecinos, colaboradores, sirvientes e incluso familiares y seres amados o si es alguien que representa el poder, la seguridad y su sueño mas íntimo. A menos que pertenezca usted a esta última categoría, el experimento puede ser peligroso.

Supongamos que es usted productor de televisión y que ha encargado a un guionista Escorpio que le haga un guión que se ajuste a ciertas especificaciones. Después de haberlo escrito ya cuatro veces, todavía puede usted reducir a la nada sus esfuerzos y decirle que lo haga de nuevo. Dígale que está pésimo, que le ponga mas chistes. ¿Que hará el peligroso Escorpio? Preparará otro borrador, con más chistes. Lo que pasa es que usted tiene algo que él desea; tiene el poder de hacer filmar su guión y darle vida. Tal vez desde el punto de vista artístico él no esté de acuerdo con usted, pero usted es el jefe. Usted es el que lleva las riendas... por el momento. ¿Y después, cuando haya alcanzado el éxito? No es necesario que se preocupe usted pensando cuando llevará a cabo su venganza; eso no forma parte del código  Plutoniano. Usted le habrá dado el poder y habrá sido instrumento de la realización de su sueno. Escorpio no le guardará rencor, pero pondrá en claro que ahora su situación ha cambiado y que ya no puede usted rechazar su gusto artístico ni imponerle la forma de expresar sus ideas creativas en el futuro. Usted entenderá el mensaje y ahí habrá acabado todo. Sin embargo, cualquier otro que hubiera criticado sus primeros esfuerzos, sin tener en consideración su sensibilidad y su orgullo, podría resultar con algunas cicatrices.

Si hay una cosa que Escorpio sabe, es de qué lado de su pan está la mantequilla, y quién es el dueño de la mermelada. Está absolutamente seguro de que, en última instancia, el alcanzará su meta, y por eso no tiene prisa en derribar las barreras. Tampoco se avergüenza de someterse a sus superiores cuando es eso lo que le conviene hacer. Por eso su empleado Escorpio es intrépido; la confianza es siempre la madre del valor. Para él, todo es cuestión de tiempo y, con su profunda penetración mística en los secretos del Universo, Escorpio sabe cuando llegará el momento. Todavía no es la hora del mando, pero esa hora llegará. No es extraño que no sea de los de tipo ansioso.

Conozco a un joven abogado Escorpio que no hace mucho tiempo se incorporó a una importante empresa de asesoramiento legal que trabaja con muchísimos clientes prestigiosos y lucrativos. Su superior, a quien llamaremos ficticiamente el señor Fink (de Fink, Brink, Link y Katz) le pidió que preparara un larguísimo informe sobre una fusión de compañías. El encargo significaba que nuestro abogado se quedaría sin dormir, porque el señor Fink insistió en que necesitaba los papeles para una reunión que se celebraría a la mañana siguiente, a las diez en punto. Al día siguiente, a las nueve de la mañana nuestro héroe estaba en su escritorio, calmo y alerta, esperando a que el señor Fink le llamara. Se había pasado toda la noche trabajando para terminar el trabajo, y su mujer no estaba muy contenta, porque había tenido que cancelar la mesa reservada para la cena de celebración de su aniversario de bodas. A las nueve y cuarenta y cinco, la secretaria del jefe le informó, con tono de disculpa, que el señor Fink había cambiado de opinión: había decidido postergar la reunión para la semana siguiente. Era un día de primavera tan hermoso que le parecía mejor jugar un rato al golf con algunos clientes venidos de fuera. La secretaria explicó que su jefe había dicho algo de que <<esperaba no haberle causado a Escorpio demasiados inconvenientes>>. Tal vez suponga usted que a esa altura, el Escorpio sacó de un cajón del escritorio una pistola del 45 y se fue al campo de golf, pero no fue eso lo que ocurrió. ¿Cómo reaccionó Escorpio ante un trato tan desconsiderado? Se encogió de hombros. Sonrió con una sonrisa tranquila y misteriosamente controlada, entregó a la secretaria el informe terminado y le dijo con toda cortesía: "Por favor, ¿quiere dejar esto sobre el escritorio del señor Fink? Yo me voy a casa a dormir un rato, pero volveré para la reunión que tengo a las dos". Después, con la paciencia de Tauro y la disciplina de Capricornio, llamó a su mujer, le dijo que volvería a almorzar y se fue. Moraleja: ese joven abogado Escorpio está empeñado en llegar a ser socio de Fink, Brink, Link y Katz. ¿Está usted pensando si, después de su desilusión de la noche anterior, la mujer le esperó con el almuerzo? Naturalmente que si. ¿La mujer de un Escorpio? Si quería seguir teniendo aniversarios para celebrar, le esperó. Ella no es su jefe. Su jefe es el señor Fink... por este año.

Si es usted suficientemente importante para el futuro de su empleado Escorpio, puede hacer como el señor Fink: es comparable a tener inmunidad ante la potencia nuclear, pero no creo que deba usted dejar que la sensación se le suba a la cabeza hasta el punto de volverse excesivamente confiado. En su lugar, yo reduciría al mínimo absoluto los incidentes del tipo que le he descrito... pero me alegro de no estar en su lugar. No creo que mis nervios me dieran para jugar a la ruleta rusa con Escorpio.

Puede usted esperar que sus colaboradores Escorpio acepten de buena gana lo inevitable, si lo que está en juego es bastante importante. Varón o mujer, su empleado calculará con ojo de águila las posibilidades, valorará las consecuencias, hará una evaluación de la posible recompensa y, con la cabeza fría y teniendo como meta un propósito bien definido, se decidirá finalmente a someterse. La mayor parte de los jefes aprecian la filosofía de Escorpio, y la admiran. Escorpio sabe cual es el precio del éxito y está dispuesto a pagarlo sin pedir concesiones especiales. Pero cuando el éxito llegue, no se olvide: ya se ha jugado el primer tiempo y hay que cambiar las posiciones.

Si lo compara con la actitud del trabajador medio, descubrirá usted que su empleado Escorpio atesora otra cualidad admirable; se la designa con una palabra anticuada, que se deletrea l-e-a-l-t-a-d, y que actualmente es un artículo que escasea en el mercado. Y no me refiero a los homenajes verbales a su situación de "jefe" ni al intento de congraciarse mediante un servilismo casi siempre hipócrita, como se observa en la mayoría de los empleados ambiciosos. Escorpio tiene su propio sentido de la lealtad.

Cuando yo trabajaba en una estación de radio en una pequeña ciudad del estado de Pennsylvania, me quedé impresionada por el comentario de un director de programación Escorpio. El propietario de la estación de radio era el hombre mas mezquino de la ciudad, una especie de mezcla de Scrooge y el capitán Gancho. Lo más amable que se podía decir de él era que en ocasiones resultaba un poco menos mezquino. No tenía mas amigo que su madre. Como, aparte de la estación de radio, era dueño de media ciudad, vivía rodeado de respeto y obediencia. Aunque todo el personal le trataba de "señor", le sonreían de oreja a oreja cuando le veían entrar y se ponían en posición de firmes ante su más insignificante petición, a sus espaldas le hacían caras y se burlaban de él por sus ridículas corbatas de mono y su voz chillona. Para ellos, el funeral del jefe habría sido una ocasión festiva, y el juego favorito de los empleados, cuando él no estaba en la ciudad, era escribir su nota necrológica y premiar la que resultaba más hilarante.

Un empleado Escorpio jamás aceptó el juego; siempre estaba demasiado ocupado con la programación. Un día, una secretaria le preguntó por que nunca aportaba nada a la diversión de la oficina. Escorpio le clavó una de sus miradas hipnóticas y contestó simplemente:

-Él me paga un salario y yo trabajo para él.

-¿Eso que tiene que ver? -insistió la muchacha-. Todos los días te grita en presencia de todo el mundo, y hace dos años que no te da vacaciones. Jamás tiene una atención contigo. ¿Es que no tienes orgullo?

-Las atenciones no puedo depositarlas en el banco -señaló tranquilamente Escorpio, sin cambiar de expresión-. Prefiero el efectivo.

-Pero, ¿por que aceptas que te trate de esa forma? -quiso saber ella.

La respuesta de Escorpio fue breve:

-Si acepto el dinero de un hombre, acepto sus órdenes. Cuando decido no seguir aceptando sus órdenes, dejo de aceptar su dinero y me voy. ¿Tienes el horario de programación de la semana próxima? Tengo que verlo para intercalar los anuncios.

La secretaria le entregó el horario sin decir palabra y el sacó su reloj y se puso a trabajar. Unos días después, ella le pidió que cuando volviera de almorzar le llevara un café, pero, de alguna manera, Escorpio se olvidó. También se olvidó de enviarle una invitación para su boda, que se celebró en la primavera siguiente. Recordaba la alusión de ella a su falta de orgullo; Escorpio tiene una memoria extraordinaria.

Lo que antecede es un excelente ejemplo de la forma y el momento que elige un empleado  Plutoniano típico para vengarse, y muestra también de quien y por que se venga. En el se ve claramente su personal código de lealtad hacia su jefe. Como trabajadores, los Escorpio son constantes y tenaces. Se toman muy en serio su labor y jamás pierden de vista la meta. Pueden ser obstinados, rebeldes, apasionados y despóticos, pero no les encontrará usted perdiendo el tiempo en la oficina para escribir una hilarante nota necrológica. Para ellos, la muerte es cosa seria, y usted también; usted es el puente que les ha de conducir al poder. Por consiguiente, hasta que no haya pasado sano y salvo el torrente, Escorpio le respetara. Un estratega hábil no destruye los puentes, y los Escorpio son hábiles; algunos de ellos, brillantes. Y todos 1ógicos y sagaces. Será frecuente encontrar que los nativos y nativas Escorpio se orienten hacia trabajos que les exigen resolver misterios y penetrar enigmas, que pueden ser los de la vida, de las maquinas, de los hechos o de los seres humanos. Hay muchos Escorpio detectives, psiquiatras, científicos, cirujanos, policías, investigadores, reporteros, y hasta empresarios de pompas fúnebres. Necesitan aumentar sus conocimientos con cada día que viven, de la misma manera que aumentan su talento, su capacidad y sus ingresos.

Jamás se entremeta usted en los asuntos privados de un Escorpio, porque no lo tolerará. Si le gusta usted y le gusta su trabajo, será generoso y justo. Le dará ocho horas de trabajo por ocho horas de salario, y se olvidará de mirar el reloj si el proyecto le interesa. Pero recuerde que estará siempre firmemente dedicado a su propio código y a sus propias ideas, a los que será fiel por encima de todas las demás lealtades, incluso el amor y la ambición. Nadie mas que el puede obligarle a modificar sus puntos de vista y opiniones; es una modificación que ha de ser lograda a través del poder de Plutón, desde lo intimo de su naturaleza. Si su decisión es negativa, no hay en el mundo quien pueda cerrar una puerta mas rápida y definitivamente que Escorpio, aunque esa puerta lleve inscrito en letras de oro algún título impresionante. Escorpio aceptará lo justo y pagará el precio justo; si el coste le parece excesivo, se va. Es la forma que él tiene de jugar; su verdadera lealtad, en resumidas cuentas, es para consigo mismo, lo que no es siempre tan egoísta como parece. Desde muy joven, su lema es: "Pon por encima de todo la fidelidad a ti mismo". Siempre ha pensado que de esa manera no puede ser falso con nadie.

No hay comentarios: