Libra no tiene intención de ser grosero, pero te enderezará el cuadro que está torcido en la pared y te apagará el televisor demasiado estridente. Le encanta la gente, pero no soporta las aglomeraciones. Como diligente paloma de la paz, anda por ahí mediando en las rencillas ajenas y remendando situaciones, pero también a él le gusta discutir. Es afable y cordial, pero también puede ponerse hosco, y se resiste a recibir órdenes. Son nativos sumamente inteligentes, y al mismo tiempo increíblemente ingenuos y crédulos. Capaces de hablar hasta dejarte sordo, cuando se trata de escuchar son una maravilla. Son inquietos pero rara vez se dan prisa o se precipitan. ¿Estás completamente confundido? Pues no eres el único. En este signo solar hay una incongruencia frustrante, que tiene a los propios nativos de Libra tan intrigados como a los demás. Mucha gente te dirá que Libra es puro amor y belleza, luz y dulzura. Es verdad, en cierto modo, pero no llega a ser del todo exacto. Tampoco llega a ser Eugene O'Neill. No pienses que porque su símbolo sea la áurea balanza de la justicia, todos los Libra han de ser siempre perfectamente equilibrados, aunque la deducción parezca 1ógica. Después de todo, el propósito de la balanza es el equilibrio. Sin embargo, ¿has presenciado alguna vez el proceso de equilibrar una de esas antiguas balanzas de farmacéutico? La meta definitiva es emparejar los dos platillos, pero ¿qué sucede? Primero baja un lado, después el otro. Suben y bajan, y se va agregando hasta que el equilibrio es perfecto. Date una vueltecita por una amistosa farmacia de barrio y mira cómo lo hacen.
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