sábado, 18 de octubre de 2008

EL NIÑO CANCER

¡Ay, ay, ay, que raras son hoy todas las cosas!
y ayer todas fueron nada más que lo habitual.

Escríbetelo para que lo recuerdes y no vuelvas a sorprenderte todos los días de tu vida: el estado de ánimo de tu bebé Cáncer cambiará con tanta frecuencia como tú le cambias los pañales.


Para el pequeño lunar, este mundo es un lugar nuevo y extraño, donde lo fascinan las cosas deliciosas que hay para comer y beber, y le encantan todas las imágenes coloridas que pasan ante sus despiertos ojitos y quedan fijas en su memoria indeleble. Lo que experimenta ya no le abandona. Cuando sea viejo y de pelo gris, tu hijo Cáncer recordará hasta el último sentimiento y emoción, y podrá dar una imagen exacta de él.

Una de las mujeres Cáncer más encantadoras que he conocido nació en Europa y, cuando estaba enferma, cantaba hasta la última palabra de las canciones de cuna rusas que había oído de niña, aunque hacia ya casi medio siglo que estaba en Norteamérica. La mayoría de nosotros apenas si recordamos la melodía o las palabras de nuestras canciones de infancia.
Desde que desayuna hasta que se acuesta por la noche, la mente del niño Cáncer estará ocupada registrando lo que ve y lo que oye. Para los adultos de este mundo es difícil seguirle cuando trepa a la montaña lunar de sus sueños, o acompañarlo mientras vadea las corrientes de su imaginación luminosa. Sus emociones son intensas, coloridas y variadas, pero pese a todo muchas veces es un solitario.

Jugar con los bebés lunares puede ser divertidísimo. Son criaturas muy graciosas, de expresión extraña y ojos que hablan por sí solos. Sus facciones se mueven constantemente por efecto de la risa, la sonrisa o las lágrimas. Es interesante observar esas expresiones elásticas, pero más de una vez desearás que fuera mas fácil saber cuando se reirá y cuando se quedará mirando con esa mirada lejana mientras escucha la extraña música que oyen todos los niños lunares.

Son criaturas con muchas más necesidades emocionales que los niños Piscis. Mucho más que con ningún otro niño, con los Cáncer la influencia mas fuerte es siempre el temprano medio familiar. Desde la infancia hasta la adolescencia, los Cangrejitos se muestran tremendamente dependientes de las reacciones de sus padres y hermanos. Es posible que tu hijo lunar sea demasiado tímido para expresar sus verdaderos deseos, pero en secreto quiere que le atiendan, le mimen y le adoren. Si en su familia y sus amigos no encuentra la atención y la aprobación que necesita, el rechazo puede aplastarlo, simplemente. Tengo una amiga muy íntima que nació en julio. Una noche, tarde, en la cocina de su casa (¿dónde, si no?) estábamos hablando de su infancia y ella me contó que cuando era pequeña y estaba en la escuela primaria, los padres le daban diez o quince centavos por semana para gastar, pero ella nunca los gastaba; los ahorraba para poder conceder un premio.
"¿Premio por qué?", le pregunté.
La maravillosa expresividad de sus facciones reflejo un ramalazo de tristeza. "Bueno, es que a fin de mes solía ofrecer cincuenta centavos al amigo que me había tratado mejor".
Al principio, la cosa me divirtió y le hice pensar en todos los caramelos y placeres de que se había privado al dedicar toda su asignación semanal a premiar al que mejor la trataba, pero vi en sus ojos algo que me hizo callar.
Aunque durante la adolescencia tus pequeños Cangrejos puedan ser durante un tiempo rebeldes sin causa, por lo general durante los primeros años son fáciles de manejar y de corregir. Como para el Cangrejo su vida anterior es muy real, puede estar feliz jugando solo durante horas. Hasta es posible que tenga un compañero de juegos invisible, con un nombre tal como Boris o Betty, que le ayuda a amasar pasteles de barro, a plantar flores imaginarias o a jugar a los vigilantes y ladrones. El ficticio Boris o la fantaseada Betty son siempre bien educados y corteses. Siempre dejarán ganar a su amiguito Cáncer y cederán sin protestas a sus deseos de liderazgo. A veces, estos camaradas imaginarios desaparecerán durante semanas enteras, pero regresarán tan pronto como un compinche del vecindario o un compañero de la escuela, reales y vivos, hieran los delicados sentimientos lunares o se muestren demasiado prepotentes con el niño lunar. Dócil y tranquilo como son la mayoría de los de su signo, Cáncer es un signo solar de conductores. Pese a la ternura de sus emociones y a la suavidad de sus modales, no sirven para secuaces. Hay en ellos mucho individualismo e independencia de pensamiento.

Si tu retoño sigue la tendencia de la mayor parte de los niños de julio, se saldrá con la suya y será un poco malcriado en lo superficial. Sabe que el que no llora no mamá, y es capaz de ponerse bastante lacrimoso cuando no le hacen caso o le tratan con aspereza. ¡Ya verás lo que son lágrimas! Un niño lunar puede inundar la habitación con ríos de llanto; es como si alguien hubiera dejado abiertos los grifos de la cocina. Y si con toda esa humedad no consigue la ternura y la simpatía que necesita, el Cangrejito se convertirá en un hombre o en una mujer de corazón árido y ojos secos, incapaz de dar ni de recibir fácilmente amor, ávido de soledad, capaz de forjar muy pocos vínculos cálidos y condenado a la reclusión en la vejez.

Cuando tienes a tu cargo un Cangrejito sensible, es realmente urgente saber reír y llorar con él, y calmar sus miedos, de los que estará demasiado provisto. Posiblemente tu niño lunar no reúna todos los miedos de la lista, pero descuida, que tendrá unos cuantos. Es posible que le dé miedo dormir a oscuras, sin que haya encendida una lucecita, que le asusten el fuego y los fósforos o tenga miedo de los automóviles y de los ruidos. Pueden asustarle los extraños, los animales grandes, las luces brillantes, las comidas que no conoce, el relámpago y el trueno.
Muchos de estos pequeños lunáticos se ponen melancólicos cuando llueve. Un chaparrón de otoño o de primavera puede tener efectos extraños sobre su naturaleza: puede hacer que de pronto sienta deseos de escribir un poema, pintar un cuadro o componer música. En otros momentos, puede inducirle a esconder la asustada cabecita debajo de las mantas, mientras el trasero se destaca, visiblemente tembloroso.

Son niños que necesitan mucha empatía emocional para desarrollar sus bellas cualidades artísticas y creativas. Si no les falta durante sus años formativos, eso les ayudará a convertirse en adultos pacientes, generosos, serenamente seguros de sí mismos y de corazón abierto. Si se ven privados de una atenta comprensión, su ternura y suavidad naturales pueden deformarse, convirtiéndose en autocompasión y en constante cavilación, amarga y silenciosa. El miedo, a menos que se le haga frente desde temprano, puede convertirse en prejuicio ilógico y en odio. Los Cangrejos que se han visto impedidos en su desarrollo afectivo suelen convertirse en seres desconfiados, a menudo vengativos e incluso suicidas. En el mejor de los casos, esos hombres y mujeres lunáticos y desdichados llevan una vida triste y monótona, a menos que tomen la dramática decisión de dedicarse a levantar un imperio financiero o a desarrollar un talento latente.

Cualquiera de ambas cosas puede sustituir misericordiosamente el amor y el afecto que faltaron al tierno corazón lunar en el momento en que era más vulnerable: en la niñez.

Nunca se insistirá demasiado en que estos niños tan sensibles pueden imaginarse injurias o agravios, e imaginar un rechazo que jamás existió. Hay que tener especial cuidado en convencerlos de que son buenos, inteligentes, bonitos, despiertos, de que se les ama y se está contento de ellos. Muchos padres lo intuyen, y por eso son tantos los Cangrejitos tan mimados en su casa que se quedan atónitos de adultos, al comprobar que el mundo se desinteresa bastante fríamente de sus deseos personales. No es de admirarse que tantos Cáncer recuerden afectuosamente a mamá y le erijan poco menos que un santuario a medida que se hacen mayores. Nadie mas, nunca, cuidará tanto de ellos. Con un niño lunar, la cuestión es siempre no ser demasiado firme y deformarlo, ni demasiado tolerante y malcriarlo.

Encontrar el punto medio nunca es fácil, y tal vez el problema te cueste algunas noches de insomnio. La clave es relajarse. El amor sabe por lo general encontrar el camino. La mejor fórmula es: una buena zurra, a la antigua, cuando la necesite, y en todos los demás momentos muchos abrazos, besos y expresiones físicas de afecto.

Normalmente, los maestros encuentran que los niños Cáncer se destacan en historia. Es raro que se olviden de fechas o de acontecimientos. Eso se debe a que, gracias a su sensibilidad de espejos, pueden leer algo referente a un suceso acaecido hace mucho tiempo y creer así que ellos mismos estuvieron allí. Si los héroes de nuestra historia pudieran regresar a contarnos su vida, es probable que no lo hicieran de manera más vívida que la que tiene el joven Cáncer de hablar de los hechos de un pasado lejano y polvoriento. Es como si realmente hubiera asistido a la expulsión de los árabes, a la partida de las carabelas de Colón o la comitiva de Juana la Loca paseándose por España.

Es difícil que haya detalles que él sea incapaz de imaginarse. No es de extrañar que sean tantos entre las chicas y muchachos de este signo los que, llevados por su sensibilidad, se dedican al teatro, se muestran creativos en la fotografía o se distinguen en una carrera musical o artística. Es posible que algunas veces los maestros de jóvenes lunares se quejen de que son testarudos o de que sueñan despiertos, pero habitualmente ninguno de estos fallos es lo bastante pronunciado como para constituirse en un verdadero problema. Es posible que haya cierta exageración: el chico puede contar como le atacó un oso en el bosque para explicar los rasguños que se hizo al caerse por los escalones del porche. La niña puede referir una patética historia de padres crueles que la mandan a la cama sin cenar, cuando todo se ha reducido a una discusión familiar de las más comunes. Pero cabe esperar algunas historias fantasiosas cuando se piensa en la fuerte impresión mental provocada por la lectura de relatos de aventuras sobre la imaginación lunar. Cuando su corazón está realmente dolorido, en lugar de hacer de ello una tragedia ficticia, el niño Cáncer típico tenderá normalmente a quedarse callado y a negarse a hablar del asunto. Como dice un viejo proverbio chino: "El que realmente está herido, no habla".

Como los niños Libra, los pequeños cangrejos pueden elevar a cifras fantásticas el presupuesto de alimentación de la familia, y no es raro que haya que calmar sentimientos heridos por sobrenombres del estilo de "Tripitas". También, si el niño tiende a ser muy nervioso o caviloso, es posible que el apodo sea "Flaco". Con los niños lunares, es mejor omitir todos los apodos. Jamás hay que burlarse de un Cáncer.

La mayoría de los jóvenes cangrejos esperan con ansiedad poder tener un trabajo pagado, y andarán por el barrio en busca de pequeñas tareas para hacer. Es posible que tu vástago Cáncer empiece desde muy joven a cortar el césped, barrer las hojas o hacer de canguro. Reunirá botellas para venderlas, ayudará a tender la ropa lavada, venderá limonada en la esquina o hará cualquier otra cosa que se le ocurra y que le haga tintinear alguna moneda en sus bolsillos. Empezando por las moneditas y acabando por los dólares, de todo lo que gane llevará una perfecta contabilidad, y ahorrará una buena parte. Después de un tiempo, quizá tú también empieces a ahorrar un poco... de su asignación semanal. Probablemente él se gane el dinero para sus gastos antes que otros niños, y se enorgullecerá de ello.

En muchos sentidos, encontrarás que económicamente te hace la vida más fácil. Son jóvenes que muchas veces trabajan mientras hacen sus estudios universitarios. Los varones tendrán una sana curiosidad acerca del mundo de los negocios, y también las niñas se manejarán bien en cuestiones de dinero, aunque dedicarán igualmente su tiempo a jugar con las muñecas y hornear bizcochitos, como práctica para su futura profesión de madres.

El niño Cáncer te divertirá con sus bromas y su risa contagiosa. Puede hacer caras tan graciosas como máscaras de Carnaval, y es capaz de ver el humor en los diversos aspectos del desfile de motivos humanos. Dale, si es posible, un pedacito de tierra para que la cultive, donde pueda plantar algo como jardinero nato que es, y verlo crecer. Se interesará tiernamente por los familiares enfermos, por los problemas económicos de la familia y por las dificultades de amigos y vecinos. Los jóvenes regidos por la Luna se entusiasman por las historias de héroes que afrontaron tremendas dificultades para alcanzar grandes hazañas, y son especialmente tiernos y compasivos con los animales. Pero si ellos mismos se sienten maltratados, es posible que transfieran esa crueldad, descargándola en seres mas pequeños, siguiendo así la proyección iniciada con ellos por los adultos. Los jóvenes Cangrejos pueden mostrarse realmente muy malhumorados, pero son estados de ánimo que rara vez duran mas de unas horas sin ceder paso a una encantadora sonrisa lunática.

Es posible que al apagar las luces, cuando los acuestas, te hagas la pregunta que todos los padres se hacen, sobre el día, en un futuro no demasiado distante, en que la cabecita que no termina de levantarse para pedir "un poco mas de agua" ya no este. La casa estará entonces silenciosa y faltará en ella la alternancia de sus risas y sus lagrimas, después que el Cangrejito, gracioso e imaginativo, se haya ido a formar su propia familia.

¿Se olvidará? Pues, si nació a fines de junio o en julio, no.

Podrán pasar los años, y el podrá navegar por los mares lejanos, pero tu puedes guardarle sobre la cómoda su alcancía, la que te dio aquel sábado que reñisteis. Y a ella, tenle siempre la muñeca de trapo en la butaca junto a la ventana. A lo largo de los días, tu retoño lunar volverá muchas veces a casa, en busca de viejos recuerdos y para retornar al pasado. No importa cuantos kilómetros le separen del ayer, en cualquier lugar donde viva siempre está cerca de casa. Mantén provista la lata de bizcochos.

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